martes, 5 de julio de 2011

culto domingo 3 de julio

Predicación Cerro de las Rosas. Domingo 3 de julio de 2011.
3º domingo de Pentecostés
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Textos

Mateo 9.9-13
" Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió. 
Y aconteció que estando él sentado a la mesa en la casa, he aquí que muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos.
Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Porqué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?
Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.
 Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento"




Mateo 9.18-26
"Mientras él les decía estas cosas, vino un hombre principal y se postró ante él, diciendo: Mi hija acaba de morir; mas ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá.
 Y se levantó Jesús, y le siguió con sus discípulos.
 Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva.
 Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora.
Al entrar Jesús en la casa del principal, viendo a los que tocaban flautas, y la gente que hacía alboroto, les dijo: Apartaos, porque la niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él.
Pero cuando la gente había sido echada fuera, entró, y tomó de la mano a la niña, y ella se levantó.
Y se difundió la fama de esto por toda aquella tierra"

 Romanos 4.13-18
"Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe.
Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa.
Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.
Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros.
(como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen.
El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia"



Desechando viejas mañas

Cuando me preguntaron cuál era de las cosas que más disfrutaba hacer, luego de pensarlo un rato, dije: “ir al cine… o ver una buena película en casa” – a parte de muchas otras cosas más…
Una de las escenas que tengo grabadas con mis padres, es el sentarnos a ver una película los domingos por la tarde en casa (cuando solo había cuatro canales), y preguntarles constantemente: “¿ese, es bueno o malo?, ¿se va a morir o vive al final?”.
A medida que los años pasaban, uno iba ocupando otra banda horaria frente al televisor y también, en las salas de los cines. Cada vez se me hacía más y más complejo este ejercicio de reconocer los buenos de los malos, los justos de los injustos, los ladrones de los policías.
Los norteamericanos dicen que: “un negro corriendo de joggin por la calle, acaba de asaltar una licorería. Un blanco en cambio, salió a hacer ejercicios”. Forma curiosa de reconocer “buenos de malos”.
La “Folha de Sao Paulo” titulaba hace años ya: “Cerca de Favela, menor mata a un niño”.
Lo cierto es que valores como estos, son tan profundos a nuestra propia identidad cultural, en el tiempo que vivimos y en cómo fuimos criados (viendo TV, escuchando radio, leyendo diarios, en la escuela, etc.) que son muy difíciles de soltar y dejar de lado por esta opción que marca el Evangelio y la Fe que “vivifica”, no solo a la hija de Jairo, sino a todos nosotros.
En verdad se los digo, este tema tan remañido de Jesús llamando al pecador Mateo que cobraba impuestos para Roma, o bien sentándose a la mesa con publicanos a comer o, peor aún, dejándose tocar por una mujer que encima de esto, estaba enferma con flujos de sangre, son datos fuertes y contrastantes que muestran este dato cierto del que venimos hablando: hay valores culturales y de-formación tan fuertemente incrustados en nuestra vida que, hasta que no hay algo que los frena y los revela, pasan inadvertidos todo el tiempo.
Sobre esta trama de la vida cotidiana que Jesús deja al descubierto, se articula la frase que el usa del profeta Oseas 6.6 (“misericordia quiero, y no sacrificios…”) y la enseñanza de la carta a los Romanos del apóstol.
Veamos de explicarlo de otro modo más simple. ¿Qué te resulta más sencillo en la vida? ¿Salir padrino de algún niño desvalido de Formosa para que termine el primario (pagando todo lo que haga falta), o bien, invitar a tu mesa todos los días al niño similar que viene a pedirte algo?
¿Qué resulta más conveniente?, ¿convencernos de que los malos son otros en la vida (después de todo, no robo a nadie, nunca maté y rara vez miento) o que aún yendo a la iglesia, necesito ser redimido por Cristo?
Oseas no niega el valor del sacrificio que muchos hacían en forma devota pero, evidentemente, el valor sacrificial de nuestros actos no sustituye en ningún caso el costo más alto que indica el evangelio: el del amor responsable y comprometido.
De este amor, da cuenta Abraham según Romanos en tres datos simples, pero al mismo tiempo profundo, que le permite abrazar la Fe en el Dios eterno.
Justo por su fe. Si creyendo esto se le reconoció como justicia (Gen 15:6) y esto es antes de ser circuncidado (Rom 4:9-12) y no como resultado del cumplimiento de la ley sino por su fe (4:13). Abraham muestra en su vida que la justificación de tus actos no está en tus condiciones (sociales, culturales o de género) sino en la Gracia del Padre que da generosamente del amor que tiene.
Abraham cree contra toda esperanza. Poner la confianza en la promesa hecha por Dios es también, dejarte abandonar en sus manos y que El marque la validez o no de tus elecciones. Caminar en la promesa de Dios es algo que solo se puede hacer desde una nueva comprensión de la realidad que no tome como referencia obligada, los prejuicios en los cuales fuiste educado/a. este es el llamado de Pablo a los Romanos, que puedan ver y vivir aquello que Abraham con su vida, pudo disfrutar.
Dios que da vida y pone nombre a su creación (cf. Rom.4.17). La fe en Abraham no es del tipo “en algo hay que creer”. La fe de Abraham es la fe en el Dios “que vivifica a los muertos y llama a las cosas que no son como si existieran” 4:17. Es decir en el Dios que fue capaz de dar vida a su cuerpo y llamar a la existencia a su hijo. En el Dios que resucitó a Jesucristo de entre los muertos y resucitó a sus oyentes del poder del pecado. En el Dios que está llamando a una realidad que aún no existe. Esta caracterización que Pablo hace de Dios, podría haber elegido otra, es crucial pues no es un Dios que sacraliza el presente como su voluntad sino que es un Dios que dolido por la humanidad se encarnó en Jesucristo, sufre en la cruz y resucita a Jesucristo para poder así llevar adelante sus propósitos. ¿Cuántas veces mencionamos a Dios para sacralizar el presente y así conformarnos a él como si éste fuera la voluntad de Dios?
Estamos llamados a ver nuevas y mejores cosas. Por ende, estas llamado/a a salir de tu lugar habitual, de tu prisma corriente con el que miras al mundo y lo puedas ver, con amor y compromiso, desde los ojos del Resucitado. Amén.


P. Leonardo D. Félix
Julio de 2011. Córdoba.

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