El culto, para nuestra rica tradición litúrgica como metodistas y como parte del pueblo evangélico en este país y el resto del mundo, es la posibilidad de reunirnos celebrando al Dios de la vida, ¿de qué modo? desde el canto de todo el pueblo de Dios, desde el compartir sincero y fecundo de nuestra gratitud a Jesús por lo que El va haciendo en medio nuestro, por el clamor en cada oración elevada y también compartida. Junto con esto, la Palabra predicada sobre la Buena Nueva de Cristo para el mundo y en la memoria del misterio repetido de su Mesa en donde, el pan y el vino, son nuestra ofrenda sencilla y sincera al amor entregado en la cruz. Una mesa abierta en donde, todos/as aquellos/as que lo confiesan como Su Señor y Salvador pueden participar.
Cada culto es una verdadera fiesta para nuestro espíritu, en donde el amor de Dios se encarna en otros/as que El pone en nuestro camino; para dar aliento, para desafiarnos o sencillamente para estar ahí cerca nuestro y acercarnos la calidez y confianza de dicha compañía.
Todos necesitamos en la vida que Dios nos hable de distintos modos y maneras. El culto es básicamente esto también; el espacio donde el Señor quiere hablarte a través de su Espíritu fluyendo en medio nuestro. Te invitamos con alegría y gozo a que vivas la experiencia cotidiana de este encuentro personal y comunitario con el Padre aquí, en nuestra Iglesia del Cerro de las Rosas.