Muy breve esquema histórico del metodismo en Argentina en el marco de sus 175 años.
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| John Wesley |  
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   El  movimiento metodista nace en Inglaterra a mediados del siglo 18, en  plena crisis civilizatoria producida por la  revolución industrial y sus  consecuencias sociales. La agenda de la iglesia Anglicana (Iglesia  Oficial de Inglaterra) no contemplaba la realidad de millones de  campesinos y pequeños productores que, debido al cambio de paradigma  productivo llegaban a las ciudades en busca de nuevos empleos y pasaban a  formar parte de las grandes masas hacinadas de migrantes pobres. La  realidad de los mineros, mano de obra casi esclava para la incipiente  industria de máquinas a  vapor basada en el carbón de coque, tampoco era  tema significativo para la iglesia oficial. Fue así que un grupo de  pastores anglicanos, entre ellos Juan Wesley, comenzaron un movimiento  de renovación y concientización hacia esta nueva realidad, tomando como  centro de su misión a esas masas de marginados e invisibilizados por la  sociedad inglesa. Así nace el metodismo, como movimiento renovador  dentro del anglicanismo, pero sin romper lazos institucionales con la  iglesia madre. Luego hacia fines del siglo 18 y principios del  diecinueve, llega a los EE UU y allí sí, se establece como Iglesia  Metodista Episcopal, rompiendo definitivamente lazos institucionales con  la Iglesia Anglicana, llegando a ser durante ese siglo una de las  iglesias protestantes más numerosas, con más de 25 millones de miembros.
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Primera  
iglesia metodista |  
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   En  1836, la Iglesia Metodista Episcopal llega a Buenos Aires y establece  un pequeño trabajo misionero entre ciudadanos norteamericanos; la tarea  seguirá en estos términos hasta 1857, cuando se comienza a percibir la  necesidad de abrir la tarea a la población local. En 1867 se produce la  primera predicación en idioma castellano y es entonces cuando la misión  comienza a expandirse territorialmente. Se establecen tres ciudades  cabeceras: Buenos Aires, Rosario y Montevideo. En Buenos Aires, en 1874  se inaugura el primer templo de características neogóticas que aún puede  visitarse en Av. Corrientes y Maipú. Hacia fines de siglo 19 y  comienzos del veinte el metodismo desarrolla una gran obra en el ámbito  educativo, acompañando las iniciativas de los gobiernos liberales de la  época y en particular la obra de Sarmiento, con quien el metodismo  argentino había estrechado lazos  de camaradería y vinculación a través  de las logias masónicas a las que pertenecía Sarmiento y  los  principales referentes metodistas.  Es así que las primeras maestras que  Sarmiento trae de los EEUU para iniciar las escuelas normales fueron en  su mayoría metodistas, dado que el contacto se logró a través de la  esposa del educador americano Horace Mann y del metodismo americano,  vinculados también a través de la masonería.
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| Colegio ward |  
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   Los  tres grandes colegios que posee el metodismo en el Río de la Plata  fueron creados en esa época: el Colegio Americano (hoy Latinoamericano)  en Rosario, el Crandon en Montevideo y el Colegio Ward en Buenos Aires  (Flores inicialmente y luego Villa Sarmiento, Morón).  Además de los  grandes colegios, el metodismo desarrolló también una profusa tarea  educativa en barrios carenciados como lo eran La Boca y Palermo en aquel  tiempo, a través de la obra de William Morris.   El  metodismo adquiere una participación muy activa durante la lucha por  las leyes laicas en 1880, tales como la ley de matrimonio civil, de  divorcio vincular, de educación laica, la creación del Registro civil y  la prosecución de la separación total entre la Iglesia y el Estado.
    Aunque  aún la misión en el Río de la Plata era parte de la Iglesia Metodista  Episcopal de los EEUU, en 1932 es ordenado el primer obispo argentino,  el Pastor  Juan E. Gattinoni. 
    Durante  la década de los 60 el metodismo argentino comienza a considerar  la  necesidad de dejar de ser parte de la Iglesia Metodista de los Estados  Unidos para ser una iglesia nacional, es así que en 1969,  se declara  autónoma y es creada la Iglesia Evangélica Metodista Argentina (IEMA).   El primer obispo de la IEMA será el Pastor Carlos T. Gattinoni.   
   Durante  los obispados de Carlos Gattinoni (1969-1977) y posteriormente de  Federico Pagura (1977-1989) y Aldo Etchegoyen (1989-2001), la Iglesia  Metodista desarrolló una tarea muy comprometida en relación a la  denuncia nacional e internacional de las violaciones a los Derechos  Humanos ejercidas por la dictadura cívico-militar instaurada en 1976,  así como la atención pastoral a las víctimas y sus familiares.  Los tres  obispos, junto a muchos pastores metodistas estuvieron en los comienzos  de las distintas organizaciones de defensa de los derechos humanos,  tales como la Asamblea Permanente y el Movimiento Ecuménico por los  Derechos Humanos. También los templos metodistas en esa época estuvieron  abiertos para las reuniones que los incipientes grupos de familiares de  desaparecidos como Madres y Abuelas, se pudieran reunir y organizar.   Por su parte el Obispo Gattinoni, ya emérito,  formó parte de la  CONADEP, la Comisión Nacional por la Desaparición de Personas.
   La  Iglesia Metodista Argentina fue la primera iglesia en Sudamérica en  elegir una mujer como obispo. La Pastora Nelly Ritchie fue ordenada como  tal en el año 2001 y ejerció sus funciones hasta 2009. De esta manera  la Iglesia Metodista destaca  la tarea de testimonio y servicio que las  mujeres han desarrollado en la iglesia durante toda su historia y  corona, de alguna manera,  las luchas por la reivindicación de sus  derechos. 
   Actualmente  y bajo el obispado del Pastor Frank de Nully Brown, la Iglesia  Metodista ha querido acompañar la atmósfera de participación popular y  esfuerzos por ampliación de los derechos individuales y sociales que se  están logrando en este período. Se ha pronunciado a favor de la ley de  matrimonio igualitario, de despenalización del aborto y viene trabajando  desde hace varios años por la supresión de la actual ley de cultos,  bregando por un tratamiento igualitario por parte de la ley a todas las  religiones presentes en el país, evitando así privilegios de ningún  tipo.