Buenos Aires, 29 de abril de 2011
En solidaridad con la comunidad Qom (Toba) asentada en Avenida de Mayo y 9 de Julio
Todavía resuena en nuestros oídos el poderoso mensaje de la Pascua de Resurrección que nos enseña que la vida vence a la muerte. La resurrección de Cristo nos dice que la vida supera las estructuras de muerte e injusticia, que el amor de Dios vence al egoísmo y nos invita a reconciliarnos con Dios, con nuestro prójimo.
Ya hace meses que en la Ciudad de Buenos Aires se lleva a cabo un asentamiento de hermanos del pueblo Qom pertenecientes a la localidad de La Primavera, provincia de Formosa. Están en la esquina de la Avenida 9 de Julio y Avenida de Mayo donde expresan sus reclamos ancestrales. El pueblo Qom es parte de los pueblos originarios de nuestro país, es un pueblo que ha sufrido y sufre hoy discriminación y postergación de una manera significativa en la provincia de Formosa. Sus derechos, tanto tiempo negados, hoy están protegidos por la Constitución Nacional y otros convenios del mismo rango.
No podemos pasar de largo esta situación y desconocer que hay hermanos y hermanas de nuestro país que sufren esta injusticia. Ellos son ciudadanos con los mismos derechos que los demás y esto hace su problema nuestro problema. Reparar el daño infringido a los pueblos originarios nos debe enaltecer como nación.
Deseamos expresar nuestra solidaridad con su dolor y con su causa, oramos para que por medio del dialogo y la comprensión se den respuestas efectivas a los reclamos de esta comunidad. Al solidarizarnos con esta demanda de justicia, bregamos para que, por medio del dialogo y la comprensión, las autoridades responsables encuentren el camino para defender la vida y el cuidado de este pueblo.
Porque como Iglesia Metodista creemos en el sueño de ser un solo pueblo como afirma el apóstol Pablo en su carta a los Efesios: “Cristo vino a traer buenas noticias de paz a todos, tanto a ustedes que estaban lejos de Dios como los que estaban cerca. Pues por medio de Cristo, los unos y los otros podemos acercarnos al Padre por un mismo Espíritu. Por eso ustedes ya no son extranjeros, ya no están fuera de su tierra, sino que ahora comparten con el pueblo santo los mismos derechos, y son miembros de la familia de Dios” (2: 17- 19)
Pastor Frank de Nully Brown
Obispo
Iglesia Evangélica Metodista Argentina
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